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Y el gobierno reacciona con su prepotente ineficacia

CHILE - ANDHA ataca otra vez

Ariel Zúñiga

Martes 28 de abril de 2009, puesto en línea por Ariel Zúñiga

La asociación de deudores habitacionales ANDHA Chile, protagonizó una nueva manifestación en el frontis del ministerio de vivienda. La represión policial dispersó la manifestación y los intentos de levantar un campamento en la esquina de Serrano con la Alameda en pleno centro de la capital. Algunas dirigentes, que en otras oportunidades habían trepado a las señales electrónicas unas cuantas cuadras hacia el poniente y ha protagonizado incontables manifestaciones en las apariciones públicas de la presidenta, se subieron a una grúa pluma de unos cuarenta metros. Exigieron una audiencia con la ministra, que fue negada pese a que se quedaron en dicho lugar por más de quince horas. Al bajar fueron detenidas por “desórdenes”. En la audiencia de formalización se quiso imputarles también el delito de amenazas, en contra de la presidenta, pues una de las manifestantes había sugerido a Bachelet, mediante la prensa, que redoblara sus medidas de seguridad.

ANDHA Chile agrupa a personas que adquirieron viviendas sociales en los 90’ a quienes el mismo gobierno les indujo, facilitando incluso tales operaciones, la falsificación de sus estados financieros de modo que pudieran calificar en instituciones bancarias para endeudarse por el saldo de precio no ahorrado ni subsidiado; si ellos no aceptaban debían mendigar una media agua al techo para Chile. Se trata de uno más entre tantos otros fraudes propiciados por los gobiernos anteriores destinados a forzar la ley en vez que propiciar la transformación de las mismas. La experiencia acumulada llevó a que el gobierno hoy disponga de una política de vivienda muy diferente en que las personas de escasos recursos puedan acceder a viviendas y quedar libres de deudas hipotecarias en la mayoría de los casos. La alza usurera de los “intereses” del sistema bancario se evita de este modo así como también que los nuevos propietarios deban arrendar las viviendas para pagarlos, retornando a sus precarias habitaciones, o que ellas sean rematadas por no pago. Quien es pobre no puede ahorrar, tampoco pagar dividendos. La evidente injusticia en el trato entre los que hoy reciben subsidios en relación de los que lo recibieron hace una década es la razón de ser de ANDHA. Han exigido que el gobierno reconozca el pago de estas viviendas lo que lo obligaría a recomprar la cartera de créditos al sistema bancario.

La razón fundacional de ANDHA es lo que hace difícil que sea asimilada por los tradicionales grupos de izquierda. No se trata de obreros, ni de comités de allegados que se toman un terreno, sino que de “dueños de casa”, en general de mujeres, que recibieron un apoyo gubernamental que hoy les parece insuficiente. Esto produce en muchos reacciones encontradas que van desde el “¿para qué firmaron?” al “reclaman de llenos”; incluso el que muchos inhabiliten sus peticiones pues no se trataría de pobres auténticos. Dichas imputaciones son injustas puesto que en su momento actuaron de acuerdo a los pocos antecedentes que manejaban y a la única oferta disponible. El que hoy habiten una vivienda digna no ha cambiado su situación de ingresos lo que los sujeta de todos modos en la pobreza extrema, la que se obvia y encubre gracias sus pequeñas pero bellas casas, mejoradas producto de un titánico esfuerzo cotidiano.

Lo que hace de ANDHA una organización fuera de lo común son sus métodos de lucha. No son manifestantes típicos de izquierda por lo tanto poco les importa las “marchas” o la cartelería. Así como su lucha es de una nueva época, la de un ubicuo precariado, sus métodos son propios de una sociedad del espectáculo. Al ser espectaculares han conseguido la efectividad que nadie más; diez manifestantes de ANDHA Chile valen más que mil de desorganizados y románticos sindicalistas o que cien aperrados pingüinos. Además hacen algo que la izquierda no habitúa: Aprenden de sus errores y se profesionalizan. Todo esto ha trasformado a las aguerridas chicas de ANDHA en el cuadro de élite de las manifestaciones, expertas en caracterizarse, infiltrar las actividades estatales, sobrepasar las barreras policiales y sorprender una y otra vez a los grupos de “inteligencia” quienes están preparados a los métodos de los ochenta y nada más que eso.

Además su reivindicación privada, de ciudadano consumidor que exige prestaciones, puede extenderse a situaciones equivalentes como las de los deudores del crédito Corfo para la educación o los microempresarios que no pueden acceder a créditos.

Las chicas de ANDHA son las responsables que el eslogan de gobierno ciudadano de Bachelet le haya reventado por la culata a sus creadores. Cada vez que la mediática presidenta visitaba a los pobres, con la acostumbrada puesta en escena, las chicas de ANDHA atacaban increpando a la mandataria exigiéndole la condonación de sus deudas. Son las únicas que han podido interrumpir actividades sagradas como el discurso presidencial del veintiuno de mayo y hasta el festival de la canción de Viña del Mar. También inauguraron la pileta de la plaza de la ciudadanía lo que obligó a que se resguardara policialmente al igual que nuestra constitución y la plaza del mismo nombre.

El gobierno ha pretendido una y otra vez aplicar toda la fuerza de nuestra draconiana ley para encarcelar a las voceras de ANDHA. Esa es la realidad del gobierno ciudadano. No le ha bastando el desmesurado poder estatal de la fiscalía sino que ha abusado de la figura del querellante alegando con abogados inquisitores del ministerio del interior. Los abogados defensores han actuado con diligencia enervando las histéricas acusaciones. Por suerte las escuelas de derecho se dividen rigurósamente entre civilistas y penalistas; aquellos que quieren el dinero y el poder ante todo son civilistas, y luego subsecretarios del interior. De ese modo han imputado amenazas en contra de la presidenta olvidando que el delito exige mucho más precisión como por ejemplo detallar si se va a producir un daño físico o psíquico, lícito o ilícito o al menos precisar cuándo fueron proferidas y cuándo detenidas y porqué. Eso distingue a las amenazas a las meras injurias, a éstas con la bravatas, y a todas éstas con una amenaza legal y legítima como sería: Si siguen gobernando como lo hacen seguiremos protestando.

El triste espectáculo de los abogados públicos mejor pagados de Chile perdiendo en contra de los humildes colegas de la defensoría popular dado este jueves no es nuevo sino que ha sido la regla en el caso de ANDHA. Para vencer a la defensoría penal mapuche el Estado ha debido torcer sus propias leyes desde admitir testigos encubiertos hasta espiar a los abogados defensores.

Se trata de un gobierno con pretensiones imperiales, de dominio total sobre los ciudadanos que dice representar, ello explica el que insista revivir fenecidas normas sobre desacato. La presidenta puede vender su gobierno del mismo modo que las chicas ANDHA pueden dejar en evidencia la estafa subyacente. Al menos, hasta el momento, porque quizá esta vez los tribunales actúan como en la araucanía y se suman a la moda de castigar a los manifestantes e incluso denominarlos terroristas.


Vea el Blog del autor Violencia y Control

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