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PERÚ - De cara al 2008

Javier Diez Canseco, La República

Lunes 7 de enero de 2008, puesto en línea por Javier Diez Canseco

07 de enero de 2008 - La República - El 2008 será crucial en varios asuntos políticos, económicos y sociales para los peruanos, y marcará, sin duda, el escenario del 2011 y las elecciones de entonces.

En materia política será decisivo. La demanda ciudadana de un crecimiento con desarrollo y redistribución de la riqueza que hoy se concentra en un puñado de privilegiados, pondrá a prueba al desgastado e ilegítimo régimen político imperante, empecinado en la reconstitución de una República oligárquica y excluyente que las mayorías repudian. Por otro lado, el juicio a Fujimori, la sentencia que reciba y los arreglos a los que lleguen en preparación de algún indulto o amnistía de cara al 2011, marcarán el destino del bloque político de derecha que hoy gobierna el país. Y es que la alianza del alanismo con el fujimorismo y la derecha pepecista (sostenida por el capital financiero, las transnacionales mineras y una prensa mayoritariamente servil) sabe que dividida no tiene destino y que juega al filo de la navaja si se descompone su pacto de gobierno. Por ello, el destino del reo, ladrón y asesino es una carta importante. Pero, ciertamente, para quienes aspiramos a un profundo cambio, construyendo un Perú para todos, un Estado nacional y social, y queremos devolverle la ética a la política, hoy prostituida; los retos del 2008 son también fundamentales en este terreno y en la construcción de una alternativa nacional unitaria con la gente de a pie.

En asuntos económicos y sociales, son por lo menos cinco los temas cruciales. En primer lugar, el tema de la propiedad de la tierra y del control del territorio. Específicamente, la ofensiva que ha emprendido el gobierno contra las comunidades campesinas de la Sierra y las comunidades nativas de la Selva, a efectos de imponer la privatización de sus tierras mediante diversas maniobras y dar cancha libre a los depredadores de nuestros recursos naturales (mineros, petroleros, gasíferos y madereros) por encima de los derechos de las mayorías empobrecidas del país. Con ello, no hay duda, pretenderán retomar mecanismos de privatización del manejo del agua, como ya lo pretendió el fujimorismo antes. Derrotar esta maniobra es vital para preservar nuestra tradición solidaria y colectivista, el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas.

En segundo lugar está la reforma laboral. Han congelado el proyecto de Ley General de Trabajo, buscan reducir los derechos laborales (vacaciones, pagos y obligaciones diversas) extendiendo la aplicación de la Ley de Pequeña y Micro Empresa a empresas de mayor tamaño, y quieren estabilizar el sistema de trabajadores sujetos a contratos de Servicios no personales ofreciendo migajas como bonificaciones de 300 soles al año (generosos 25 soles mensuales, no pensionables) a trabajadores públicos a quienes corresponde estar en planilla y con todos sus derechos. Recuperar los derechos laborales y de negociación colectiva es una justificada demanda nacional.

En tercer lugar tenemos la ausencia de una política social que fomente el empleo y atienda a los más necesitados frente a una caótica y fracasada suma de improvisaciones gubernamentales como Sierra Exportadora o el asistencialismo limitado e insuficiente de Juntos. La antirreforma tributaria, dirigida a reducir los impuestos (ya minúsculos) que pagan las grandes empresas, tras la excusa de recortar tajantemente los impuestos a las ganancias de empresas que reinviertan en sus propios negocios, es un cuarto asunto. Nos haría perder más recursos fiscales, fundamentales para atender educación, salud, infraestructura, apoyar al agro y las mypes, o desarrollar la ciencia y tecnología. No debe pasar.

Y, finalmente, estará –como lo ha planteado el CIP– el manejo de nuestros recursos naturales de gas –yo agregaría mineros y petroleros– definiendo si se mantendrá el indiscriminado poder de las empresas transnacionales –engreídas de García y sus aliados– y sus privilegios tributarios, así como los recursos gasíferos del Perú se exportarán a precio de huevo a Chile, México o EEUU, para convertirnos en importadores de energía luego de unos años de exportación de las insuficientes reservas que tenemos. En realidad, está planteada la batalla por renacionalizar nuestros recursos naturales y las políticas que definen su manejo, para que buena parte de la renta minera, petrolera y gasífera quede en el país.

Buena parte de las batallas alrededor de estos temas estarán vinculadas a la legislación que emita el gobierno tras la vergonzosa delegación de facultades entregada por el Congreso para una supuesta adecuación legal al TLC con los EEUU. Y, claro, a sus iniciativas legislativas ante el Congreso. Pero seríamos ingenuos y tontos si confiamos nuestro futuro a un Congreso como el que tenemos, lleno de tránsfugas y negociadores bajo la mesa. La fuerza ha de venir de abajo, de calles y plazas, campos y comunidades, regiones y movimientos sociales, si queremos abrirle futuro al país y devolverlo a los peruanos.


Reproducción por iniciativa del autor.

http://www.larepublica.com.pe/content/view/197780/481/

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Mensajes

  • me parece excelente la apreciasión del Doctor Diez Canseco los peruanos de a pie no podemos permitir que nuestros recursos sean depredados por un grupo de extranjeros que acostumbrados estan a desmantelar nuestras riquezas ya basta de permitir dicho abuso, luchemos juntos por que nuestro pais no sea saqueado de las reservas gasiferas que tanta falta le hace a nuestro pueblo peruano que tiene que pagar un GLP a precios exhorbitantes mientras los extranjeros se los llevan casi regalado ¿Por qué?. Primero atendamos a nuestra gente y si algo queda a los de fuera
    recordemos que en el futuro un país sin recursos energéticos sera un país sin soberanía.

    Ver en línea : de cara al 2008

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