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Caracazo y Guarenazo, una historia sin concluir

VENEZUELA - ¿El día en que bajaron los cerros?

Roso Grimau

Martes 8 de marzo de 2011, por Barómetro Internacional

Muchos no lograron contarlo, miles se quedaron en el sitio bajo las ráfagas de la policía y los militares; otros tantos fueron eliminados sistemáticamente en los días siguientes por orden de la alta dirigencia política de la cuarta república, aprovechándose de la inmediata declaración de la suspensión de las Garantías Constitucionales y el Toque de Queda. Aun hoy día no se conoce con exactitud el número de víctimas, varios miles de muertos y decenas de miles de heridos, cientos de desaparecidos, no se ha podido todavía hacer justicia y castigar a los culpables, algunos de ellos como CAP bajo la deshonesta y criminal protección de otras naciones como los EE.UU., quien falleció sin pagar sus culpas.

Ese día Lunes 27 de Febrero de 1989, el pueblo de Guarenas comenzó desde tempranas horas a manifestar su descontento contra el sistema de dominación y explotación del neoliberalismo salvaje, reaccionando contra las medidas económicas que habían sido anunciadas por Carlos Andrés Pérez, al chocarse desde primeras horas de la mañana con aumentos indiscriminados de pasaje en el terminal de autobuses de Guarenas; haciendo suyas las calles, desbordando rápidamente la autoridad policial, y sin contar con ningún tipo de dirección política, de organización ni convocatoria alguna, irrumpiendo violentamente contra el orden burgués establecido y la propiedad privada que lo marginaban incluso de sus mínimos derechos de subsistencia.

La chispa desatada por el Guarenazo, por intermedio de las imágenes transmitidas por todos los canales de televisión asombrados por la violencia espontáneamente desatada, pronto encendió la mecha del polvorín de injusticias acumuladas en el seno de las masas populares, extendiendo rápidamente esa reacción anárquica a Caracas y otros lugares, y poco después a casi todo el país, en la capital de los antiguos techos rojos se escenificaron las peores masacres contra grupos de civiles desarmados, hoy las exhumaciones practicadas de las fosas comunes de la peste y otros lugares en el cementerio general del sur nos dan una pequeña visión de los crímenes de lesa humanidad perpetrados.

La espontánea explosión social de las muchedumbres no tenía conciencia que toda su violencia se desataba contra el neoliberalismo, el recién naciente ALCA, y las medidas económicas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en síntesis contra el sistema capitalista; la anárquica reacción en cadena de las multitudes fue incontenible por unos pocos días, sin embargo su acción sin un claro objetivo político por la toma del poder muy pronto fue aplacada por las fuerzas represivas del Estado burgués, retornando al orden social establecido por el sistema de explotación y dominación capitalista para que todo siguiera igual que antes, exprimiendo cada vez más a la clase trabajadora y vendiendo poco a poco todos los activos nacionales a los capitales norteamericanos y extranjeros.

En esos aciagos días afloraron inconscientemente las contradicciones del capitalismo mostrando su verdadera naturaleza, y las instituciones del Estado burgués defendieron a conciencia el derecho a la “propiedad privada” de los explotadores (propiedad de los medios de producción) por encima del inalienable derecho humano a la vida de todo un pueblo sometido a la pobreza y la ignorancia.

Fue un dantesco crimen masivo, en el río Guaire flotaban cadáveres, la morgue de Bello Monte colapsó, fosas comunes y camiones con urnas por todas partes, los bloques del 23 de Enero eran un colador, dispararon contra el pueblo con armamento pesado y armas de guerra, hubo niños muertos en sus casas por tan solo vivir en zonas humildes. Vino el toque de queda, y con él los asesinatos y desapariciones programadas, torturas y ajusticiamientos. En esos hechos podemos ver la importancia de no contar con una dirección política de las masas para encausar las luchas populares con un claro objetivo político, el descontento y la violencia deben dirigirse conscientemente para la toma del poder contra las instituciones burguesas; es por ello que hoy en día luchando contra un enemigo mucho mayor que nos acecha de cerca.

Necesitamos con urgencia constituir una alianza antimperialista de todos los factores revolucionarios, un gran polo patriótico para coadyuvar al comandante Chávez en la dirección colectiva del proceso de transición hacia el socialismo.

Ese llamado es el que asumimos ayer los trabajadores y trabajadoras del país conscientes de la lucha de clases quienes en el Encuentro de Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras de la Gran Caracas y otros Estados asistentes, avanzamos en la elaboración de una Plataforma de Lucha y un Plan de Acción aprobados en las discusiones de 14 mesas de trabajo que funcionaron durante todo el día sábado 26 de febrero del 2011 y en nuestra plenaria de cierre, con la participación de unas 60 estructuras de base del Poder Popular de los y las trabajadoras, contando con el aporte protagónico de más de 300 delegados consejeros acreditados y asistentes de la Gran Caracas y otros Estados del país; quienes en lo adelante asumimos el compromiso revolucionario por la construcción del Poder Popular rumbo al Socialismo como fieles representantes de nuestra clase obrera, único sujeto histórico que puede consolidar la lucha por la transición al Socialismo.


rosogrimau[AT]gmail.com

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