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El turno de Libia
Imperialismo humanitario
Ariel Zúñiga
Viernes 11 de marzo de 2011, puesto en línea por
“El mismo Estado que dejó que su pueblo muriera en New Orleans, que demoró cinco días en llevar una botella de agua a los sobrevivientes, y que cuando lo hizo dió tres balazos por cada refresco, tardó sólo milésimas de segundos en apoyar a la disidencia de Libia, enviar portaviones a la zona y notificar a la ONU que actuaría con o sin su aprobación tal cual lo hizo, dentro del caballo de Troya de la OTAN contra Kosovo o de la “coalición” fantasma contra Iraq.”
El estado de Louisiana, al sur de los EE.UU, sufrió en los últimos años al menos tres calamidades que de haberse registrado en otro país habría producido una invasión foránea con excusas humanitarias:
1.- El huracán Katrina barrió a la ciudad de New Orleans luego de que los diques de protección fluvial se deshicieran, como un cubo de azúcar en el té, con una tormenta;
2.- La “reconstrucción” fue un desmesurado pillaje macroempresarial en que sucedió de todo, desde abaleos de militares a la población civil indefensa, hambrienta y sedienta, demora interesada en asistir a las víctimas, ayuda que no llegaba a sus destinatarios (todo eso mortalmente parecido a lo ocurrido en Chile luego del terremoto y tsunami), y también desalojo de edificaciones no dañadas para beneficiar a los especuladores inmobiliarios y de paso expulsar a los negros y pobres del centro de la ciudad, cierre de hospitales (entre ellos el único hospital psiquiátrico), reprivatización del ya privatizado sistema de salud, entrega de ayuda contaminada (remolques habitacionales inhabitables por contener emanaciones de gases tóxicos), etc;
3.- La explosión de una plataforma petrolera de extracción a profundidad y en mar abierto, que produjo la mayor catástrofe ambiental conocida. Luego de sellar el pozo los ingeniosos ingenieros sobreremunerados de la British Petroleom vertieron toneladas de químicos, altamente tóxicos, en el mar para OCULTAR el crudo derramado. Así tal cual, ocultar, ya que dicho químico no descompone al petroleo sino que lo disuelve haciendo imposible su recolección. Por décadas, quizá centurias, el mar de la zona estará contaminado y muerto pero nadie desde la rivera podrá notar la diferencia entre un océano verdadero y este sucedáneo corporativo.
En el nuevo documental de Spyke Lee sobre Louisiana (“If God Is Willing and da Creek Don’t Rise,”) [1] una profesora explica que la misma técnica que utilizó British Petroleom para esconder la catástrofe la venía implementando los EE.UU por décadas en contra de su propio pueblo: “Para arreglar la educación han buscado el modo de esconder a los malos alumnos, para terminar la pobreza la han ocultado, para solucionar la salud han escondido a los enfermos, para resolver el problema habitacional han expulsado a los sin casa a los suburbios.” Nuevamente debemos decir mortalmente parecido a lo que ocurre en Chile.
Sin embargo esta información no circula en CNN, ni en radio Bio Bio (Biobio CNN), ni en Chilevisión CNN (otrora piñata tv), ni en TVN (actual piñata tv), ni en UNIVISIÓN LUCKSIC (otrora UNIVISIÓN y la pontificia corporación de pederastas unidos de Chile). La información que sí circula, y hasta el hartazgo, es sobre la “crisis en Libia”.
Si la situación de New Orleans fuera el tema del momento en nuestros medios a nadie le sorprendería que sus habitantes protestaran, es más a la distancia solidarizaríamos con su causa, y no nos sorprendería si la ONU pretendiera el arribo de cascos azules para poner orden justo en aquel caos. Es más, apoyaríamos que se enviaran militares chilenos a estirar las piernas en vez que estar elongando los testículos dentro de los cuarteles.
Y cierto es que Gaddafi no es alguien universalmente querido, en especial por el primer mundo, y esto no es debido a que coma carne en un viernes santo o haya cantado muy fuerte en una iglesia, pero eso no justifica que se le derroque por extranjeros que sólo pretenden embolsarse sus riquezas.
Gaddafi no sólo es uno de los responsables de la mentada crisis del petroleo de lo 70’, que puso de rodillas a las superpotencias incluso hasta hoy, sino que es el autor, confeso, de haber volado un avión Pan Am en Lockerbie Escocia en 1989 (el vuelo 103) y otro en África. Pensemos que dicho atentado significó a la postre la quiebra de la más antigua, y principal, línea aérea estadounidense además de la muerte de centenares de gringos.
Sería bizantino discutir quién comenzó, sólo digamos que Gaddafi ha sido retratado como el Che Guevara del medio oriente y ha celebrado, incluso patrocinado y auspiciado, cualquier actividad contra imperialista en la zona. Los gringos, que tienen entre sus históricas derrotas la acaecida en Trípoli [2] (la capital de Libia) la cañonearon con la intención de asesinar a Gaddafi en el palacio de gobierno, en los tiempos de Reagan, pero él no estaba, sí su hija que pereció en el ataque.
Motivos de sobra existen, por lo tanto, de odio recíproco. Por lo mismo es obsceno, aunque lamentablemente no sorpresivo, que sea EE.UU quien instigue las revueltas opositoras en Libia. A la superpotencia le importa un bledo la población de Libia, ni sus razones, están actuando únicamente por motivaciones vengativas y oportunistas, inexpresadas e impresentables.
Vengativas porque los gringos, una potencia en declinación, siente como una espina clavada el que regímenes declaradamente antiyanquis perseveren y prosperen. Como un machista impotente, sexual y financieramente, su único argumento es la amenaza y la violencia. EE.UU es parte del pasado, tiene cada uno de sus minutos contados, en cuestión de décadas será como una argentina grande, llena de graneros y ciudades maravillosas pero sin ningún tipo de injerencia en el destino de la humanidad. Y como lo he dicho en reiteradas oportunidades [3] eso no significa que haya dejado de ser peligroso, todo lo contrario, como un león viejo luchará hasta ser derrotado completamente. A fin de cuentas cada guerra, cada amenaza, extiende la vida prestada de los EE.UU puesto que revitaliza la única industria que aún posee: La bélica.
Entones tenemos que el mismo Estado que dejó que su pueblo muriera en New Orleans, que demoró cinco días en llevar una botella de agua a los sobrevivientes, y que cuando lo hizo dió tres balazos por cada refresco, tardó sólo milésimas de segundos en apoyar a la disidencia de Libia, enviar portaviones a la zona y notificar a la ONU que actuaría con o sin su aprobación tal cual lo hizo, dentro del caballo de Troya de la OTAN contra Kosovo o de la “coalición” fantasma contra Iraq.
Legítima defensa “preventiva”, es decir, te mato antes que rayes la pintura de mi auto, esa es la doctrina internacional aplicada desde Kosovo hasta la fecha y que antes había aplicado EE.UU clandestinamente, es decir sin esperar que lo avalara la ONU, en Corea, Vietnam, Camboya, Nicaragua, Granada y Panamá y con mano ajena en Irán y Chile.
Canallas que hablan de estados y gobernantes canallas mientras abusan, una vez más, de las “armas de distracción masiva”, en este caso un supuesto bombardeo a la población civil que el ejército ruso ha desmentido en forma tajante. [4] Nos enfrentamos, una vez más, al “dame una imagen y yo te daré la guerra” [5], lo que en un mundo en que las fotografías se han banalizado se ha transformado en que basta un rumor sostenido como evidencia por unos cuantos días para que produzca efectos de verdad indubitada. De ese modo el nobel de la paz Obama intenta sacar a bayonetazos a quién llamó enemigo hasta hace muy poco puesto que la rehabilitación de Gaddafi en occidente es tan reciente que podría contarse en meses. Y tan súbito como impostado fue ese perdón como es este enojo, sólo política prepotente y de mala calidad.
Obama, el que prometió patear el trasero de British Petroleum y les concedió una patente de corso, similar a lo que hizo Cheney con Blacwater en Iraq, para que gestionaran la mitigación de daños. Eso lo harán con la misma diligencia que produjo el desastre. El presidente progre y sonrriente que le dieron el nobel por prometer cerrar Guantánamo que sigue y seguirá abierto y dedicado a tiempo completo a la tortura. Ahora, tiene la desfachates de declarar "Gadaffi no tiene legitimidad para seguir gobernando" cómo si él tuviera alguna vela en este entierro.
Gaddafi ni es un santo ni menos uno de mi devoción. Sólo quiero dejar de manifiesto que los gringos, y todos sus medios (incluyendo los nuestros) demoraron semanas en referirse a Túnez, días a Egipto (ambos ex gobernantes aliados estratégicos de los gringos) y hasta hoy no dicen de pío de Omán [6]. Sin embargo desde el comienzo trataron de manejar la situación desviando la atención hacia Irán, que a pesar de los ignorantes que no paran de hablar en la TV es un estado más democrático que Chile [7], y sobre Libia. Una expulsión de los líderes corruptos por el poder gringo en el oriente les habría resultado inmanejable tanto a los EE.UU como a Israel, se debía compensar de algún modo, y es por esto que apostaron todo contra Irán y perdieron, y las chauchas las pusieron en Libia y hasta ahora siguen en la ruleta.
Unilateralmente los EE.UU crearon el sistema internacional (monetario y humanitario) después de la segunda guerra mundial alojando a la ONU en New York. Ha sido tal el declinar de los EE.UU que se sienten ajenos a su propios códigos y desde hace mucho que están actuando unilateralmente, y sin esperar consejos ni validaciones, sobre aquellos que unilateralmente ha calificado como estados canallas (rogue states) o sobre insurgentes que se los puede perseguir al margen del derecho internacional puesto que, según ellos: La convención de Ginebra está suscrita por los Estados no por los “terroristas” por lo tanto a estos últimos no los ampara. [8]
Tamañas estupideces sólo las puede decir como argumento un machista borracho atormentado por su impotencia sexual y financiera en medio de una pendencia, y qué duda cabe eso y nada más es Estados Unidos de Norteamérica en el momento de su ocaso. [9]
[2] La Primera Guerra Berberisca, también llamada Guerra de Trípoli duró cuatro años. En 1803, los combatientes tripolitanos capturaron la fragata estadounidense Filadelfia y tomaron a su comandante, el Capitán William Bainbridge, y a toda la tripulación como rehenes. El Filadelfia se convirtió en un navío en contra de los americanos y estuvo anclado en el puerto de Trípoli como una batería de cañones. Al año siguiente, el Teniente Stephen Decatur de la Marina de EE.UU. encabezó una incursión nocturna para volver a tomar el barco. Los hombres de Decatur prendieron fuego al Filadelfia y escaparon. (wikipedia.es/trípoli)
[3] Estados Unidos de Norte América, bajo el síndrome del león viejo, por Ariel Zúñiga Núñez http://www.alterinfos.org/spip.php?article2667
[4] http://www.correodelorinoco.gob.ve/impacto/ejercito-ruso-afirma-que-ataques-aereos-libia-no-ocurrieron/
[5] Vieja anécdota gringa referente a la guerra contra España que implica a William Randolph Hearst, magnate de la prensa y creador junto a Pulitzer de la prensa amarilla, como quien planificó el hundimiento de un barco militar gringo en la Habana para culpar a los españoles. Si eso le parece conocido sepa que la intervención de EE.UU en la guerra de Vietnam se debió a otro montaje: el incidente de la bahía de Tonkín. Si de algo saben los yanquis es de falsificar argumentos para pelear recordemos que la guerra de independencia de los EE.UU, contra Inglaterra, comenzó porque murió un manifestante provocando a los soldados ingleses en Boston quién fue, luego, mediante la imprenta, ungido como un mártir y presentado como un simple ciudadano asesinado a sangre fría por los chaquetas rojas sin mediar provocación ni riña alguna.
[6] Si Arabia Saudita estuviese amenazada los gringos estarían desembarcando pero para apuntalar al gobierno
[7] De hecho los judíos iraníes tienen representación parlamentaria puesto que son minoría, es un caso de discriminación positiva imposible de concebir en Chile en donde los poderosos están sobrerepresentados y las minorías excluídas. En general los judíos iraníes están en contra de la política de Israel pero esta cuestión es debido a que se trata de acciones que nada tienen que ver con la fe y sí tienen que ver mucho con el dinero y la hegemonía regional.
[8] Para una revisión profunda del intervencionismo “humanitario” se recomienda la lectura de “La Justicia de los Vencedores” de Danilo Zolo y también Una nueva generación dicta las reglas de Noam Chomsky que revisa en profundidad el caso de Kosovo. Disponible en internet: Danilo Zolo, Una crítica realista del globalismo jurídico desde Kant a Kelsen y Habermas www.ugr.es/~filode/pdf/contenido36_81.pdf y Noam Chomsky, Kosovo y la Guerra de los Balcanes. http://aquevedo.wordpress.com/2008/02/16/kosovo-y-la-guerra-de-los-balcanes-por-n-chomsky/
[9] “Huelga decir que los Estados Unidos y Europa occidental están haciendo todo lo posible para encauzar, limitar, y reorientar el viento de cambio (en medio oriente). Pero su poder no es lo que solía ser. Y el viento del cambio está soplando también en sus propios lugares. Ese es el sino de los vientos. Su dirección y el impulso no es constante y por tanto son impredecibles. Esta vez el viento es muy fuerte. Tal vez no sea tan fácil sortearlos como tampoco canalizarlos, limitarlos, y reorientarlos.” The Wind of Change – in the Arab World and Beyond, Immanuel Wallerstein http://www.iwallerstein.com/the-wind-of-change-in-the-arab-world-and-beyond/