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La divinización del petróleo y la devastación planetaria

Jubenal Quispe

Lunes 26 de febrero de 2007, por Jubenal Quispe

Los sobrevivientes de las generaciones futuras muy difícilmente podrán recordar el siglo XX exento de las manchas oscuras del petróleo.
La II Guerra Mundial fue un triunfo mundial del petróleo sobre el carbón como fuente de energía en la economía mundial moderna. En la actualidad el petróleo, juntamente con el carbón, representan el 70% de todos los energéticos que se consumen en el mundo.

En la economía moderna el petróleo es importante, no sólo por el consumo masivo, ni por ser la materia prima para la elaboración de millones de productos comerciales, sino también por generar los exuberantes excedentes económicos jamás antes conocidos. Este recurso natural permitió la acumulación del poder económico en pocas manos, que a su vez posibilitó el irrestricto poder político y militar de los estados más ricos para invadir y apoderarse de las reservas petrolíferas de los estados empobrecidos.

En el siglo XXI, quien tenga el control de los hidrocarburos tendrá el poder político, económico, cultural y social de los pueblos. Así sucedió en el siglo XX.

Después de la segunda mitad del siglo XX, el betún, utilizado para fines medicinales, religiosos o usos domésticos en las culturas antiguas, se transformó en el codiciado “oro negro”, hasta convertirse en los últimos tiempos en la “sangre vital” de la economía capitalista moderna y de la cultura del automóvil y del plástico.

Después de este suceso fortuito del petróleo es casi imposible pensar en una vida libre de los derivados de este recurso. Está presente en la máquina que escribo este texto, en la ropa que viste el campesino más empobrecido, en los productos dietéticos que consume el deportista, en las uñas de la Miss Universo, en los preservantes y preservativos, en las muñecas inflables, en fin, está en todo. El petróleo y sus derivados tienen una presencia y un poder ilimitado en la economía y en la cultura moderna.

Si bien el “oro negro” generó acumulación de ingentes cantidades de capital y confort para un reducido sector de la población mundial, también ocasionó infinidad de guerras, sacrificios humanos, corrupción sin límites de gobernantes, división de los pueblos, masacre de comunidades campesinas e indígenas asentadas sobre yacimientos petrolíferos, envenenamiento del aire, del agua, de la tierra, holocausto de la biodiversidad, etc. He aquí el precio que tuvimos y que tendrán que pagar quienes vienen después de nosotros.

En el altar del petróleo no existen derechos humanos que alegar, ni rincones sagrados que respetar. El petróleo es una divinidad omnipresente y omnipotente que todo lo penetra y todo lo corrompe. Es una divinidad insaciable con el sacrificio y la sangre de pueblos invadidos, de campesinos e indígenas proletarizados y de vidas inutilizadas. La avaricia por el petróleo del hombre moderno es tan insensible que luego de herirla de muerte a la Madre Tierra y a la comunidad cósmica que la habita, la sigue lapidando hasta extirparle la última gota de energía.

En la actualidad más del 90% de la producción total del petróleo es utilizado como fuente de energía para generar electricidad, mover las industrias y poner en marcha los diferentes tipos de medios de transporte. Hoy, el petróleo, a parte de dar poder a sus poseedores, se constituye en un recurso indispensable caro y sucio. En 1970 el barril costaba 1.80 dólares, ahora bordea los 70 dólares el barril. Por aquellas épocas la humanidad todavía no sufría las nefastas consecuencias del cambio climático acelerado producto de la quema del petróleo como combustible. Ahora, por donde se mire, aparecen manchas de petróleo en los ríos y lagos, ciudades oscurecidas por el humo, pulmones perforados por el cáncer, bosques mutilados y pueblos en pié de guerra contra la invasión y la neocolonización de las empresas petroleras.

responsabilite

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  • me gusto lo que encontrè en esta pàginas, tienen gran contenido informativo. Pero, claro que hay un pero. Uds. son hipòcritas, puès se quejan de los petrodolares, del uso que hacen del petroleo, bla, bla, bla. Pero se benefican del petroleo venezolano, a travès del tonto ùtil Chavez Frìas (presidente venezolano), es ùtil para ustedes y tono para nosotros, puès mientras que regala el dinero de los venezolanos, aquì hay la pobreza que da miedo, y no digan que es solo consecuencia de la cuarta repùblica, puès ya lleva mas de ocho años en el gobierno y no da soluciones a tanto venezolano que la necesita. ¡Que inconciente! mientras regala gas a Nicaragua, los vernezolanos sufrimos por su escasès, ¡como cuesta conseguir una bombonita!. y para Ud. de contar.observadora

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