Portada del sitio > Español > Latinoamérica y Caribe > COLOMBIA - Economía para la vida o economía de la muerte
Rumbo a la COP16
COLOMBIA - Economía para la vida o economía de la muerte
René Ayala B., Agencia Prensa rural
Lunes 21 de octubre de 2024, puesto en línea por
Todas las versiones de este artículo: [Español] [français]
11 de octubre de 2024 - Agencia Prensa rural - En Barranquilla se celebró la feria de economías para la vida, una apuesta del gobierno para enfrentar el cambio climático e impulsar la transición energética.
En medio del debate frente al uso de las energías fósiles, del evidente y agresivo cambio climático que mantiene una sequía inédita en el país, de la amenaza permanente que vociferan los medios hegemónicos todos los días frente al fantasma de un apagón (que desean con devoción), en la región donde millones de familias están agobiadas con el abuso de las multinacionales que tienen el negocio de la energía eléctrica y deprimen el ingreso de las comunidades con sobrecostos, pésimo servicio y mediocre cobertura, sometiéndolas a la inclemencia del calor o al endeudamiento eterno, donde el sol canicular, los vientos y el agua son parte del paisaje cotidiano y aún la generación de energía en esta vasta región depende de las fluctuaciones del precio del gas, irrumpió un espacio de esperanza para abordar alternativas ciertas que rediman energéticamente a este pueblo violentado por la avaricia del capital y lleno de posibilidades para transformar la matriz de energía y garantizar la democratización de la misma.
El caribe y la acción climática
Allí en Barranquilla, la caótica y mágica metrópoli de contrastes, de fiesta y alegría, pero condenada a los designios de clanes que se han enriquecido con un desarrollo evidente pero a costa de la marginalidad de millones, en el corazón del Caribe Colombiano, durante los días 2 al 4 de octubre, se desarrolló una de las actividades preparatorias de la COP 16, la Feria de Economías para la vida, iniciativa impulsada por los ministerios de minas y energía, Ambiente, Agricultura, Hacienda, Comercio, Transporte y Ciencia. Este evento reunió, además, y como protagonista fundamental, a diferentes organizaciones sociales, campesinas, indígenas y populares que impulsan propuestas y acciones para crear alternativas económicas basadas en la justicia social, la sostenibilidad y justicia ambiental y el fortalecimiento de las economías solidarias.
Con la presencia de un staff de invitados internacionales protagónicos en los debates frente a la energía y la democracia, entre los que destacaron la reconocida economista Mariana Mazzucato, el expresidente español Rodríguez Zapatero entre otros, alcaldes y el gobernador del departamento del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa, de quien hay que reconocer que destacó más allá de las diferencias políticas, la importancia de la feria y sus debates, que además de visibilizar proyectos que promueven el uso de energías limpias, economías populares y negocios verdes, fue sin duda un foro de debate lleno de propuestas transformadoras que se circunscriben en la dimensión de la agenda del gobierno nacional y su desafío ambiental de la transición.
En el panel de instalación, la ministra de Ambiente y desarrollo sostenible, Susana Muhamad, subrayó el papel histórico del caribe y de Barranquilla en la construcción de país, la entrada de la modernidad y la industrialización, presentó el portafolio para la transición socioecológica y la acción climática. “El portafolio tiene un pilar muy importante de integración regional y equidad social, por eso la transición energética tiene el apellido de justa, se debe construir con los actores del territorio, debe ser un portafolio que regenere los lazos entre las comunidades, para impulsar una articulación para superar las brechas sociales, donde actuemos colectivamente, los cambios son con toda la sociedad o no serán” indicó la ministra.
Un portafolio transformador
El portafolio proyecta una inversión de 40.000 millones de dólares y busca crear la primera cámara gremial publico privada de la bioeconomía, un ecosistema que aportaría el 3% del PID nacional que permita avanzar hacia una transición energética justa, inclusiva y regenerativa, así lo sostuvo la ministra de ambiente quien además preside la COP16 que se realizara en pocos días en Cali. Sobre el impacto y trascendencia de esta propuesta el ministro de Minas y energía, Andrés Camacho, señalo: “En este portafolio de país y de transformación que estamos presentando, estamos articulados como gobierno para dar los pasos que garanticen el consenso social para la transformación que necesitamos y aquí están reunidas las piezas para esa transformación”.
El debate se centró sobre los retos del país frente a una realidad que no da espera, la ruptura del sistema andino con la amazonia por la deforestación estimulada por el modelo latifundista de tenencia de la tierra que depreda bosques para la ganadería extensiva o la gran minería extractiva, afecta el equilibrio climático del país, y ciudades como la capital están abocadas a un racionamiento nunca visto y las fuentes de agua que abastecen grandes ciudades siguen bajo amenaza, lo que obliga a impulsar acciones concretas y decididas que aceleren la transición.
“Estamos enfrentando las consecuencias de la crisis climática. Nos aproximamos rápidamente a que este sea el año mas caluroso de la historia desde que hay registro, con las consecuencias para países como el nuestro, que no tienen las grandes responsabilidades sobre las emisiones de gases efecto invernadero. Es un fenómeno con consecuencias en el país y como gobierno y sociedad nos corresponde tomar medidas y adaptarnos, sobre todo, construyendo soluciones donde la transición energética.” planteó el ministro de energía.
Bioeconomía o barbarie
Un eje clave de la feria fue consolidar el concepto de la bioeconomía, las “economías para la vida” como respuesta al modelo de basado en la sobre explotación de los recursos y las comunidades más vulnerables promoviendo la acumulación que sume al planeta y la especie humana en riesgo latente de su extinción. En la feria confluyeron experiencias de la ruralidad y los entornos urbanos sociales y académicos, saberes ancestrales y nuevas propuestas para repensar el modelo económico basado en la economía extractiva y sustentado en la matriz energética fósil.
En el acto de clausura el presidente Petro abordó a profundidad esta discusión, planteando en contraposición el impulso de economías que fortalezcan las dinámicas productivas locales, las prácticas agrícolas sostenibles y los sistemas de producción y consumo que respeten la naturaleza y los derechos sociales, económicos y humanos.
El presidente destacó tres pilares parta la transición: energía, transporte y producción. Su tesis, que abre polémica, pero ante todo reflexiones, invita a adelantar cambios radicales en los próximos 10 años, o no “habrá tiempo”.
Nuestra economía debe ser ante todo una respuesta a su antítesis, la economía de la muerte, que ha sido la dominante, y sobre ello Petro no se va en medias tintas, “No se puede vivir ni del gas, ni del petróleo, ni del carbón, pero ha y que vivir. Y vivir significa no carbón, no petróleo, no gas en diez años” sentenció el presidente. En nosotros y nuestras acciones esta la respuesta, bioeconomía y humanidad, o hegemonía de explotación, contaminación, guerra y barbarie.
René Ayala B. es director de la Agencia Prensa Rural, comunicador, educador popular, analista político y miembro de la Asociación campesina del valle del rio cimitarra (ACVC). Escribe en Semanario Voz.