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HAITÍ - La tragedia del Colonialismo

Víctor Chirinos

Domingo 28 de marzo de 2010, puesto en línea por Barómetro Internacional

Venezuela, cumple hoy a cabalidad sus postulados constitucionales en el marco de sus relaciones internacionales (que ahora sí responden a los fines del Estado) en el ejercicio de su soberanía y conforme a lo dispuesto en el artículo 152 de la Constitución Bolivariana.

La solidaridad y cooperación entre hombres y mujeres y entre Venezuela y los pueblos del mundo constituye un momento bello y hermoso de humanidad y si esa solidaridad y cooperación se fundamentan en la ayuda efectiva y concreta a cualquier país hermano del hemisferio o del mundo, vemos como el internacionalismo venezolano tiene un carácter objetivo, real y fundado en el amor.

En estos momentos aciagos para el pueblo haitiano se hace necesario un gran apoyo moral, material y político. Allí es donde tanto los países que conforman el ALBA como los de UNASUR han dado prueba de su internacionalismo y solidaridad con este país empobrecido por las grandes potencias expoliadoras, acercándonos así a la unión y consolidación del gran poder político planteado por nuestro libertador Simón Bolívar, en la convocatoria para la instalación del congreso de Panamá [1].

La cumbre instalada en México-Cancún, entre el 22 y 23 de febrero de este año en curso, respondió a los planteamientos de unidad entre América latina y el Caribe, encuadrados en las fechas Bicentenarias de los países Bolivarianos de la región. Necesario e histórico es hacer los cambios fundamentales para la conformación de la Patria Grande, objetivo que no es otro que el gran sueño de Simón Bolívar.

Para la defensa de nuestros hermanos haitianos es un deber dar a conocer la historia económica y política de este floreciente país. La población de esta isla, como colonia española fue esclavizada para trabajar en las plantaciones, en las explotaciones agropecuarias, y en las minas, especialmente las de oro. En 1517, Carlos I de España autorizó la trata de negros. Asimismo, la cultura indígena de arawak, caribes y tainos, fue aniquilada por el imperio español.

Los franceses desde el año 1660 comenzaron a explotar la isla, pasando Haití a sus dominios en 1697, mediante los Tratados de Ryswick y Aranjuez, transformándose en la principal y más rica colonia francesa, llegando a llamarse la “Perla de las Antillas” por su capacidad económica y su belleza. El Haití colonial francés, al final del siglo XVIII (1800) tenia 20.000 blancos, 30.000 mil mulatos libres y 800.000 mil esclavos que trabajaban en las plantaciones de azúcar, café, cacao, tabaco, añil y algodón, produciendo el 60% del café y el 40% del azúcar que consumía Europa.

La Asamblea Francesa en 1792, otorgço la ciudadanía a los hombres de color, y en 1794, la Convención Nacional declarço abolida la esclavitud de los negros en todas las colonias francesas. Toussaint Louverture, el caudillo negro de Haití, en mayo de 1801 instala una Asamblea Constituyente con la intención de crear un Estado, haciéndose nombrar Gobernador vitalicio. Durante su mandato aconteció una sublevación, donde los negros asesinaron a los blancos y fueron destruidas sus haciendas. Napoleón Bonaparte, no quiso tolerar a un “Africano Iluminado” y Louverture fue a morir en una cárcel francesa.

El primero de enero de 1804, Jean Jacques Dessalines proclamó la independencia de Haití, siendo el primer Estado independiente de América Latina y la primera República negra del mundo. Dessalines se proclamó Emperador. Lo que trajo consigo las guerras civiles entre los distintos caudillos militares que arruinaron al país. E el autoritarismo y la inestabilidad política implicaban constantes rebeliones y un presidente derrocaba a otro en términos relativos cortos. La población negra traída de África, pertenecía a etnias con costumbres y lenguajes diferentes, lo que dio por resultado el idioma cróele, que es una mezcolanza de todos ellos.

Haití, lograda su independencia, sufrió un largo período de aislamiento internacional promovido por las potencias europeas, Francia y los Estados Unidos que no aceptaban la existencia de una nación gobernada por ex esclavos, que amenazaban sus propios sistemas de esclavitud.

En 1908 los Estados Unidos intervienen en Haití económica y políticamente, apoderándose de las concesiones para construir ferrocarriles y del comercio de importación y exportación. Expropiaron además las tierras de los campesinos y compraron las acciones del Banco de la República. En 1914-15 desembarcaron cientos de marines, ocupando el territorio, nombrando y apoyando militar y económicamente a dictadores, manteniendo al país en un Estado semicolonial, de injusticia social que la han convertido en la nación mas pobre del hemisferio, con un 80% de pobreza de su población. Hoy Haití, se ha convertido en punto de tráfico de cocaína para los Estados Unidos y Europa, así como de lavado de dinero.

El devastador terremoto del 12 de febrero 2010, ha ocasionado aproximadamente 200.000 muertos, 300.000 mil heridos, y 4 millones de personas sin viviendas, por cuanto casi todas las infraestructuras y miles de viviendas se cayeron. Los países del ALBA, entre ellos Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador acudieron inmediatamente y hoy tienen en la isla cuatro campamentos donde alojan 20.000 personas, con toda la dotación de salud y necesidades primarias necesarias, destacando una vez mas su solidaridad internacionalista.

Al contrario, los Estados Unidos, es decir el imperio más poderoso del mundo, desembarcó e instaló un ejército de ocupación que invadió con 20.000 o más marines, bajo una supuesta ayuda humanitaria, cuando en realidad sus intenciones son de establecer otra base militar para intimidar, amenazar, desestabilizar desde allí a la Revolución Bolivariana, a la Revolución Cubana y, a los procesos de liberación nacional del continente, poniendo una vez mas de manifiesto la hipocresía de sus discursos a través de sus acciones, discursos que contrarían su actuar y praxis.

La Comunidad internacional, la Organización de Naciones Unidas, la Comunidad Europea, UNASUR, los países de ALBA tenemos la obligación de implementar urgentemente la mayor ayuda posible a los hermanos de Haití, cuyas vidas están en riesgo todos los días por la carencia de alimentación, siendo los mas afectados los niños y los ancianos.


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[1”Después de quince años de sacrificios consagrados a la libertad de América, por obtener el sistema de garantía que, en paz y guerra, sea el escudo de nuestro nuevo destino, es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos”.
Invitación para el Congreso De Panamá
Lima, diciembre 7 de 1824. Libertador Simón Bolívar

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